Información Básica sobre la Oxigenación Hiperbárica (OHB)

     La atmósfera terrestre ejerce una presión sobre su superficie de 14,7 libras por pulgada cuadrada o 760 milímetros de mercurio (mmHg) a nivel del mar, siendo equivalentes a una atmósfera absoluta (1 ATA). Esta atmósfera que respiramos es una mezcla gaseosa (aire), compuesto básicamente por oxígeno en un 21% y nitrógeno en un 79% aproximadamente.

 

    Dentro de una cámara hiperbárica el paciente respira oxígeno puro a presiones mayores a la del medio ambiente, proporcionando niveles de oxigenación imposibles de conseguir por ningún otro método; esto permite llevar oxigeno a órganos y tejidos aún en sitios donde la circulación sanguínea es pobre o está bloqueada, con lo cual se estimulan los procesos de regeneración del organismo y se detienen o recuperan diversas enfermedades y procesos degenerativos, incluso en casos crónicos resistentes a otros tratamientos.

 

    Durante la sesión de OHB, la presión en el interior de la cámara se puede incrementar hasta 3 ATA, con concentraciones de oxígeno cercanas al 100%; de esta manera se puede obtener un aumento proporcional de la presión arterial de oxígeno (PaO2) que puede alcanzar hasta 1.800 mmHg, y un incremento en los valores de presión de oxígeno a nivel alveolar de hasta 2100 mmHg aproximadamente; la hemoglobina alcanza su estado de saturación a las más bajas cotas de presión y el sobrante de oxígeno se disuelve en el plasma sanguíneo por efecto de la presión.

 

     De esta manera, el plasma sanguíneo puede transportar hasta 6 volúmenes de oxígeno por cada 100 mililitros de sangre, una cantidad 20 veces mayor a la que se alcanza a presión atmosférica normal, y el oxígeno puede llegar por difusión simple a zonas con malas condiciones circulatorias locales, sin depender exclusivamente de la hemoglobina para esto. La oxigenación hiperbárica también puede aumentar hasta 6 veces la distancia de difusión de oxígeno desde los capilares en los tejidos, e incrementar las presiones parciales en los mismos hasta 200 mmHg.

 

La FDA (Food & Drugs Administration) y el MEDICARE de los Estados Unidos, así como la UHMS (Sociedad Médica de medicina Hiperbárica y subacuática), aprueban la prescripción de la Oxigenación Hiperbárica como tratamiento primario o complementario para tratar las siguientes condiciones:

  • Lesión grave de tejidos por quemaduras, laceraciones o traumatismos
  • Infecciones necrotizantes de tejidos blandos (tejido blando y óseo)
  • Intoxicación con monóxido de carbono y solventes orgánicos
  • Heridas con problemas de cicatrización
  • Injertos y colgajos comprometidos
  • Úlceras por insuficiencia arterial 
  • Osteomielitis crónica refractaria
  • Enfermedad por descompresión
  • Lesiones por radiación
  • Absceso intracraneal
  • Embolismo gaseoso
  • Miositis clostridial
  • Gangrena gaseosa
  • Anemia crónica

 

La OHB también es ampliamente utilizada como tratamiento adjunto en aquellas condiciones o enfermedades en las cuales se han determinado bases fisiológicas para su utilización, así como evidencia clínica y/o experimental que amerite su uso, de manera que toda enfermedad en la cual existe una reducción del aporte de oxígeno, o bien una utilización insuficiente o inadecuada, puede beneficiarse potencialmente de la OHB.

La siguiente es una síntesis de dichas condiciones, recopilada de las experiencias de instituciones como: Sociedad Europea y Americana de Medicina Hiperbárica, Comité de Centros de Medicina Hiperbárica (España) y el sector salud de Colombia, Venezuela, Chile, Cuba, México y Argentina.

 

(Ver: ENFERMEDADES – CONDICIONES en el menú principal)